Una vez se conoce la clasificación, explica el alcalde, se establecen una serie de recomendaciones y pautas para tomar medidas correctoras que permitan que los edificios sean más eficientes. Inicialmente, explica Gallardo, el estudio se ha realizado en el Ayuntamiento, el centro cívico, la biblioteca y la casa de cultura. Los tres primeros tienen una clasificación energética C, mientras que la última es la E.
Este estudio, indica el alcalde, ha permitido hacer un diagnóstico real y da al mismo tiempo información de en qué se debe incidir para mejorar. En este sentido, recuerda que el estudio se centra en varios aspectos como son los muros de las edificaciones, las ventanas y sus cierres, la climatización, iluminación, entre otros. Un estudio global que permite detectar tanto lo que está correcto como lo que es mejorable.
El objetivo del Ayuntamiento, añade el alcalde, está claro y es tratar de conseguir la clasificación A, pero no se debe olvidar que algunos edificios son antiguos y hay que ir actuando poco a poco para mejorar la eficiencia. Por lo tanto, aunque inicialmente se ha actuado en cuatro edificios, añade, se seguirá trabajando e iremos aplicando las medidas que se nos aconsejan como en el caso del edificio del Ayuntamiento en el que sería conveniente en varios despachos instalar doble acristalamiento, para optimizar la climatización, o cambiar la iluminación tradicional de fluorescentes por luces led, que consumen menos y ofrecen además mejor iluminación, expresa.
Por su parte, uno de los responsables de la empresa Gesproyex, Manuel Ramos, ha querido destacar que aunque hay medidas correctoras a aplicar, la calificación C de tres de los cuatro edificios estudiados es buena y para establecer este parámetro se estudia todo lo relacionado con ele envolvente y las instalaciones que cada edificio tiene. Siendo el más significativo, por ser el más grande y el de mayor número de departamentos, el edificio central que es el Ayuntamiento. En este caso, respecto a las ventajas que este edificio tiene en cuanto a la calificación energética, Ramos destaca el que tiene muros muy anchos, de 60 o 70 centímetros lo que supone un buen aislante tanto del calor como del frío. Pero en contra, tiene un buen número de ventanas con cristales simples, lo que implica que se note más el calor o el frío y, por consiguiente, que haya que tener la calefacción más alta en invierno y más bajo el aire en verano. Además, del estudio se desprende, agrega, que es aconsejable cambiar el sistema de iluminación de los despachos, pasar a emplear las luces led que no sólo consumen mucho menos sino que la luminancia es mayor.